Existen principalmente dos tipos de deshumidificadores que se distinguen entre sí por el tipo de tecnología:
Deshumidificadores por Condensación
Estos deshumidificadores extraen la humedad del aire mediante su enfriamiento por debajo del punto de rocío, provocando su condensación, mediante un serpentín frío (evaporador) y, luego, pasa a través de la batería de calor (condensador), donde se calienta por encima de su temperatura inicial, recuperándose de este modo el calor de condensación del agua. Este tipo de deshumidificadores por condensación son eficientes energéticamente sólo a temperaturas por encima de 15ºC y H.R. superiores al 60%, aplicaciones donde el punto de rocío del aire no requiere temperaturas del evaporador que puedan congelar el agua condensada.
Este tipo de deshumidificación es muy útil y económica ya que no fuerza el intercambio de aire entre el interior y el exterior del local. Además utiliza un ventilador, un compresor, un intercambiador de calor y un elemento expansor.
Para uso residencial se recomienda emplear deshumidificadores de condensación que se encuentran disponibles con capacidad para extraer desde 5 hasta 50 litros de humedad del ambiente en un día. Son equipos fáciles de usar que se tienen que conectar al ducto de desagüe y a la corriente eléctrica para funcionar, por lo que se recomienda contratar a un experto que se encargue de su instalación.
Además de su uso residencial, puede usarse también en Almacenes, Sótanos, Fábricas, Restauración de daños, Pabellones deportivos, Áreas de almacenamiento, laboratorios, Bodegas, etc.
Deshumidificadores Sistema Desecante
Este sistema está relacionada con sustancias químicas que tienen una gran afinidad con la humedad, son capaces de extraer vapor de agua del aire en cantidades relativamente grandes en relación a su peso y volumen.
Los deshumidificadores de sistema desecante son sistemas donde el desecante está montado en una rueda giratoria. A medida que la rueda gira, el desecante pasa alternativamente a través del aire de proceso entrante, donde se adsorbe la humedad y a través de una zona de «regenerador» en el que el desecante se seca y la humedad expulsada. La rueda continúa girando y el proceso absorbente se repite. Los deshumidificadores desecantes son necesarios siempre que haya la necesidad de reducir el nivel de humedad para evitar la corrosión, crecimiento de moho y la condensación o mantener una condición de baja humedad durante la fabricación, envasado o almacenamiento de productos higroscópicos.
En el caso de aplicaciones industriales, los deshumidificadores recomendados son los de rotor desecante y para poder determinar la capacidad de filtración de humedad y el tiempo de operación del equipo es necesario contemplar las necesidades de producción en cuestión.
